7 de octubre de 2015

30 tuits sobre la difamación y la ética del lenguaje

Selección de 30 tuits del libro La difamación (Ángel Rodríguez Luño, Rialp, Madrid, 2015).

  1. La palabra difamatoria sale de la boca con facilidad, pero da lugar a incalculables males.
  2. «Muerte y vida dependen de la lengua» (Proverbios). La lengua tiene un poder formidable. Si se usa para el mal puede incluso producir la muerte.
  3. La ética del lenguaje no distingue solo la palabra verdadera de la mentirosa, sino también la palabra que hace bien y la palabra que perjudica.
  4. Se difama a la persona ausente, se deshonra a la persona presente.
  5. La fama es un bien de gran importancia social.
  6. Recibir una normal estima por parte de los demás sigue siendo algo necesario o casi necesario para el sosiego y equilibrio de la propia vida.
  7. Proverbios, 22: «Más vale fama que riqueza, mejor estima que plata y oro».
  8. La destrucción de la buena reputación puede excluir de la cooperación social a la víctima, arruinándola psicológica y económicamente.
  9. El sentido del honor constituye también un freno y una defensa frente a los impulsos negativos y antisociales.
  10. El honor se convierte en requisito para adquirir y conservar muchos otros bienes necesarios para la convivencia y la cooperación social.
  11. Los juicios temerarios obstaculizan notablemente las relaciones normales entre parientes y la colaboración social entre los ciudadanos.
  12. El punto de partida éticamente correcto es el sentido del respeto, la presunción de que los demás son al menos iguales que nosotros.
  13. El punto de partida éticamente correcto es la disposición a interpretar positivamente las apariencias.
  14. San Bernardo: «Excusa la intención, si no puedes excusar la acción».
  15. Carta de Santiago, 3: «La lengua nadie puede domarla, es un mal incansable cargado de veneno mortal».
  16. Sirácida, 28: «Un golpe de látigo produce moratones, un golpe de lengua quebranta los huesos».
  17. La difamación lleva a conocimiento público defectos verdaderos que estaban ocultos, mientras que la calumnia atribuye culpas no verdaderas.
  18. La necesidad que justifica la revelación del secreto debe ser urgente y real, así como proporcionada al daño que eventualmente causa su publicación.
  19. El hecho que la difamación se produzca ante muchas personas o en forma escrita vuelve más grave el daño inferido a la persona difamada.
  20. Los que inducen a la difamación, o la escuchan con aprobación, o no la impiden debiendo o pudiendo hacerlo, pueden pecar gravemente.
  21. Información y libertad se presuponen recíprocamente.
  22. Una secular experiencia nos enseña que el poder, en todas sus formas, contribuirá al bien de todos solo si es limitado y controlado.
  23. Solo una opinión pública informada tiene fuerza para contrarrestar los intereses de grupos de presión que buscan su propia impunidad.
  24. Algunas situaciones complicadas se comenzaron a resolver sólo cuando llegaron a conocimiento de la opinión pública.
  25. En términos jurídicos, el interés público no tiene por qué coincidir con el interés del público.
  26. La culpabilidad sobre un punto, no se extiende a otros ámbitos de la personalidad, llegando a crear una categoría de individuos infames.
  27. El murmurador quiere sembrar cizaña entre dos amigos, quiere ponerles uno contra otro.
  28. Sirácida, 6: «No hay nada comparable a un amigo fiel».
  29. La murmuración pretende herir a una persona, o una institución, en sus afectos más queridos, poniendo contra ella a sus amigos.
  30. Ofender al prójimo e invocar luego el Evangelio para que el ofendido no reacciones es abusar del Evangelio y de la caridad fraterna.
Ángel Rodríguez Luño
La difamación
Ed. Rialp, Madrid, 2015 (128 pp.)

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